viernes, 5 de marzo de 2010

Y... el nombre puede variar ...

Ingreso, y contemplo lo que ya antes había divisado
el rutinario color de los bloques de concreto, tan encariñados con el espacio
concentrado, taciturno;

Mi ser, acostumbrado a esos elementos que dejan rastro,
se desdobla en aquellos sillones que cubren el aroma del suelo tan seco ...

Como un ente mecanisado, deambulo por el pasillo ya recorrido, cansado de mis
pasos desidiosos, presto a encasillar lo que el espíritu evoca,
no hay eco, sólo suaves respuestas ante preguntas jamás formuladas...

El brillo del sol sabe de donde debe apoderarse,
el viento casi tiene un nombre, ya conoce su trayectoria,
la humedad lucha por un sitio en el feudo ,
mientras ese calorcillo fraterno se ahoga a si mismo e intenta dejar de hacerlo...
Entonces el día deja de esconder su noche,
y cuando el cuerpo a punto de yacer se encuentra, los claustros de mi habitación sostienen mi cansancio, y una voz casi silenciosa susurra lo mismo ...
Trata de recordarme algo ... y empiezo a entender su risa tenue
mientras me dice que tanto en el verano más tibio, o en el invierno más impetuoso
hay un santuario dispuesto a aguardarme.... le llaman casa ....
mi alma responde hogar.


-t2o- imagen bajada de google.