Exordio

Bajo la sombra del sauce más viejo
Me he sentado para ver como bate sus ramas
Cree tener alas y las despliega asimétricamente
acariciando vientos alisios;
Heme aquí, recostado, fragmentado en silicio.
Lo que hay y lo que se deja…

¿Cuál es el diafragma de la humanidad?
El espíritu impoluto sobre la temblorosa calamidad
¿Soy el residuo de mayor valor?
¿Es la sonrisa estrecha formula cuántica del candor?

Firmo con mis pies textos que nunca saldrán de mi mente
Mientras limpio el polvillo que descansa sobre mis lentes;
Casi tengo seis dedos en una mano
de tanto contar con ellos treintaidos días en el calendario
Setiembre u octubre días cortos de costumbre,
Decorados por hombrecillos que se alimentan de legumbres
Frío y calor macerados ambos entre sábanas ámbar
Se agitan suavemente para turbar a la gente,
Otra vez el frágil riachuelo ha surcado zanjas en mi mente
Para enseñarme que me faltan tantas cosas…
Que las velas porfiadas cuestan más,
Pero que me alcanza para comprarlas…

¿Suerte? Se ahogo consigo misma antes de nacer
¿Esfuerzo?

La plenitud de la felicidad se encuentra en la incomodidad
de la insatisfacción…

como siempre por: t2o

Foto: Federico Sabana. V

Pajaritos grises

Hay días que incluso colmado de metáforas, todo el proscenio es tan normal, sopla la brisa media tibia, el sol aún permanece en el cielo y su esposa ocasional la luna, espera reemplazarlo allí tan alto, donde sólo respiras con máquinas hechas por hombres.

Entonces sin ganas de resbalar sobre presencias y ausencias me pregunto qué es más bello el verso o la prosa.
Uno de ellos necesita un pincel para describir mis pesares en orden alfabético sobre el suelo o el mar… el otro arranca mi silencio para componer esas odas que hace mucho no leo, y encuentra en mi enojo la fuente para hacer brotar su aroma sobre la noche donde fenecieron epopeyas trigonométricas que de vez en cuando crujen sus dientes mirando al horizonte más claro…

Mi alma, personaje principal de todos mis versos, deja por momentos de articular sinfonías y el arcoíris circular que es una aureola gratuita sobre mi cabeza degrada en blanco y negro su luminosidad, de este modo mi despertar es tan real, ya no hay esos pajaritos verdes de ojos azules frotando sus alas en mi terraza, sólo aves grises de aspecto tétrico desgranando su alimento con ahínco, no hay un cuarto color binario que sea el fondo de una alfombra por dónde pasan los unicornios, ni sapos con alma de príncipes, ni doncellas caucásicas encerradas en castillos de mármol o jaspe.. Si no sólo silbidos débiles rellenando vacíos doblados en su soledad... Silbidos agónicos de pajaritos tan comunes, grises…

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Foto: de algún lugar de la mancha de google.imágenes xD

(*) A pedido de un par de amigos que considero casi hermanos .. pondré en síntesis la interpretación... Hay momentos en nuestra vida que nos damos cuenta que nuestro vivir diario es opaco, pero algunos como yo creemos que después del despertar, el alba será más grato y con mejor rostro..